La convivencia en nuestros tiempos parece hacerse cada vez más difícil. Tal vez sean momentos de crisis, de escasez de recursos, de pérdida de valores o tendencias al individualismo. Nuestra sociedad presenta una serie de dolencias cuya patogénesis es la degradación de un valor esencial para la vida en sociedad: EL RESPETO.

El respeto es un conjunto de actitudes que nacen de la empatía, además de la valoración propia y ajena. Y del desarrollo de las conductas respetuosas nace la libertad, la igualdad, la tolerancia, las actitudes de cooperación y en definitiva, la paz. De su ausencia se deriva la violencia, el abuso, la discriminación, la crisis de autoridad, de veracidad y el individualismo con todo lo que ello conlleva. En definitiva, es el pilar sobre el que se sustenta la interacción social saludable y la concordia entre los habitantes del planeta.

La pérdida del respeto nace en la palabra, determina nuestro pensamiento y por tanto modula nuestro comportamiento.. Las palabras se las lleva el viento, pero sin embargo, también pueden llegar a convertirse en armas.

Llevado a lo cotidiano todos utilizamos fórmulas coloquiales de expresión que van transformándose con el paso del tiempo y los cambios que se producen en el entorno. Cada generación, cada grupo social hace un uso distinto del lenguaje con matices particulares. Pero hay una cuestión más, las distintas interpretaciones que cada persona hace de una misma expresión (y por tanto la elección o no de su uso).

Por ejemplo, ante la frase “Venga, sonríe, guapa” una misma persona puede sentirse halagada y otra, ofendida.

El objetivo de esta acción es invitar a la reflexión sobre el uso que hacemos de las palabras, fomentando la toma de conciencia sobre la importancia de tratarnos con respeto.

Para ello hemos seleccionado frases de uso cotidiano y las hemos extraído de su contexto. Unas son visiblemente fórmulas respetuosas, pero otras, a pesar de que sean usadas con asiduidad, tienen connotaciones negativas y pueden resultar ofensivas.

El día 30 de mayo, aprovechando la fiesta patronal de Aranjuez, colocaremos nuestro stand en la plaza de San Antonio e invitaremos a participar a todo aquel que lo desee. Regalaremos a los visitantes una carta escogida al azar sobre la que reflexionar, y, si lo desean, dialogar sobre ello con nuestro equipo. También pondremos a disposición de los participantes tarjetas en blanco para que ellos mismos aporten sus propias frases de uso cotidiano. De este modo la acción tendrá naturaleza recíproca.

Esta acción ha sido diseñada por los alumnos de Bellas Artes del campus de Aranjuez (CES Felipe II), de la Universidad Complutense de Madrid. Nuestro deseo es poner en contacto el trabajo de los artistas con el tejido social local, generando espacios de encuentro y reflexión.